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Académico. Hombre de mucho talento. No había inventado nada, pero explicaba muy bien los inventos de los demás. Voltaire

 

Acéfalo. El que ha perdido la cabeza, en sentido no metafórico. Por derivación, el término se aplica a aquellas sociedades que han perdido su gobierno y se encuentran en una situación de confusión y abandono. Durante mucho tiempo historiadores y politólogos sostuvieron que los orígenes de tal analogía se encontraba en las doctrinas organicistas del Estado, que ven en la figura del gobernante la cabeza del cuerpo social organizado. Actualmente se sabe que la analogía fue acuñada en Francia, hacia los primeros años del siglo XIX, período en el que con frecuencia, la condición de acefalía de la sociedad coincidía con la del ex monarca y la de sus colaboradores más cercanos. 

 
 

Aculturación. Especie de mutación cultural muy frecuente en épocas de colonización. El prefijo 'a' se utiliza en su doble sentido: como adquisición del término que precede (a-burguesamiento, a-sociación) o como pérdida de ese objeto (a-nómico, a-céfalo), dotando así al concepto de dos significados, intercambiables: si da cuenta del nativo se utiliza en su primera acepción; si (por algún fatal accidente) debe dar cuenta del visitante, en la segunda.

 
 

Adaptación. Ajuste de nuestra conducta a la definición dominante del entorno. El proceso de adaptación es siempre bienvenido, en tanto caracteriza el obrar de las personas juiciosas y responsables.

 
 

Alienación. En cierta sociología, alteración de los sentidos que hace percibir la posición social propia en forma distinta de la percepción que de la misma hace el sociólogo. El concepto de alienación, liberado definitivamente de sus mejores antecedentes filosóficos, ocupó un importante lugar en la terminología de la Escuela de Sociología Profética, de gran influencia en la década del 60. Para muchos científicos sociales contemporáneos el término resulta de dudosa validez, por su ambigüedad y su fuerte connotación valorativa. Contra tales argumentos se han levantado voces de protesta de parte de algunos integrantes de la referida escuela, ejemplo de lo cual son las opiniones del sociólogo mexicano Ramón Sánchez Mejía, quién en 1985 y en oportunidad de celebrarse el III Congreso de la ALAS., se preguntaba ante los participantes cómo podía ponerse en tela de juicio la objetividad y precisión metodológica de la noción de alienación, cuando los propios estadísticos se encargaban de estudiarla y hasta habían formulado un coeficiente para medirla. El argumento causó profundo malestar entre los estadísticos presentes en el Congreso, hecho que en un primer momento desconcertó a Ramón Mejía, pero que luego atribuyó a la evidente filiación imperialista de aquellos.

 
 

Antropología. Sociología de zonas tropicales.

 
 

Ascenso social. Proceso por el cual un pobre se transforma en lumpem, y un hijo de la clase media se convierte en yuppie. Toda sociedad se enorgullece de estos personajes, ya que constituyen muestras vivientes de que en su seno hay lugar para el progreso y la auto superación. 

Fruto de ese orgullo son los variados relatos que narran la vida de estos hombres. La estructura de los relatos es sencilla, y se organiza en tres etapas fundamentales: una completa descripción del triste lugar de donde el personaje provenía, para enseñar las penurias de una vida austera; una detallada exposición del envidiable sitio en donde hoy se encuentra, para instruir sobre las ventajas de una posición encumbrada; y un marcado olvido del proceso por el cual se operó el pasaje de un sitio a otro, para no empañar al acto pedagógico con el relato de acontecimientos poco dignos del elogio y el ejemplo moral.

 
 

Ascetismo. Doctrina moral que deduce de una vida y costumbres austeras el medio idóneo para alcanzar la perfección del espíritu y obtener los favores de Dios (en manos de los protestantes la doctrina fue reformulada, aunque no por ello perdió algunas de sus características originales).

La práctica del ascetismo, que antaño orientó la vida de numerosas comunidades, hoy se encuentra prácticamente extinguida, según indican los más prestigiosos estudiosos. Una notable excepción en este sentido la constituye la opinión del Antropólogo americano John O'Connor, quién afirma haber constatado un singular resurgimiento de la doctrina en zonas periféricas de algunas ciudades modernas, donde -siempre según su erudita opinión- sus habitantes, aunque sin conferirle aquél carácter místico, continúan abrazando las reglas de una vida sencilla, los gustos humildes y una práctica alimenticia exenta de abusos proteicos.