9.- PLAN ECONÓMICO-FINANCIERO

El plan económico financiero refleja la evolución y estado de la situación económica de la empresa. Independientemente de los objetivos perseguidos por la empresa, constituirá el eje fundamental sobre el que pivota la mayor parte de la información, ya que es donde se refleja la viabilidad económica del proyecto y la capacidad de supervivencia de la empresa.

Los dos elementos fundamentales que deberemos contemplar son:


El contenido de ambos estados está regulado por la ley (contabilidad), que exige una serie de requisitos para la elaboración y presentación de los mismos (Ver lecciones de contabilidad y finanzas). Independientemente de ello, nos interesa adaptarlos a nuestras necesidades para que resulten de utilidad en las tareas de gestión habitual.

Así pues, en los presupuestos de la empresa aparecerán necesariamente algunas cifras económico-financieras como objetivos fundamentales, puesto que son imprescindibles para observar su evolución y viabilidad.Balance
Es el estado financiero de la sociedad. Consta de las masas patrimoniales: Activo y pasivo, que deben ser iguales, pues una es el origen de la otra.

 

ACTIVO PASIVO

Activo fijo o inmovilizado: (material, inmaterial, financiero, ficticio): Edificios, máquinas, fábricas,...

Capital circulante o activo circulante. Definidas por el ciclo de explotación.
- Tesorería
- Realizable: clientes, efectos a cobrar, inversiones financieras temporales...
- Existencias

Permanente:
- Propio: Capital social, reservas, resultados y remanentes...
- Créditos a medio y largo plazo
A corto plazo: proveedores, créditos con bancos....

 

Típicamente resulta conveniente una correspondencia entre la liquidez del activo y la exigibilidad del pasivo para evitar riesgos de poner en dificultad las operaciones. Cuanto más fijo sea un activo, debe ser financiado con un pasivo a más largo plazo.

Sólo el activo circulante debería ser financiado por pasivo a corto (para ir más holgados). Puesto que parte del activo circulante deberá ser financiado con pasivo a largo plazo (permanente), tendremos el fondo de maniobra o de rotación:

Fondo de maniobra = Activo circulante – pasivo a corto
                            = capital permanente – activo fijo.

Fuentes de financiación

Uno de los requisitos más importantes para la puesta en marcha de un negocio ( y desde luego para continuar), es contar con las adecuadas fuentes de financiación. Se trata en resumen, de disponer de los recursos necesarios para poder mantener la actividad. Estos se pueden obtener básicamente por dos vías:

A la hora de escoger una fuente de financiación es conveniente tener en cuenta: su objetivo, su duración, su exigibilidad, su coste...


La proporción entre fuentes de financiación propias y ajenas dependerá de muchos factores: disponibilidad de recursos propios, capacidad de obtener recursos ajenos (solvencia, crédito), coste de oportunidad de otras inversiones,... En general habrá una serie de factores limitativos de nuestras posibilidades y otros que nos darán la solución óptima para nuestra estructura de capital (ratio de apalancamiento...)

Desde un punto de vista operativo nos interesa la evolución de los resultados, pero también la situación financiera y sobre todo de tesorería es decir la disponibilidad de recursos que aseguren la continuidad de las operaciones. La gestión de tesorería se convierte en una de las misiones fundamentales y uno de los elementos claves del presupuesto. Su finalidad consiste en seguir la evolución de los recursos disponibles en cada momento para verificar si se dispone de la financiación adecuada y si no es así, anticiparse para buscar posibles soluciones.

En un proyecto de nueva creación es imprescindible asegurar una tesorería holgada que nos permita funcionar con comodidad y poder dedicar los recursos tanto materiales como humanos a las actividades realmente importantes. Demasiados negocios fracasan porque se encuentran al poco tiempo con dificultades para hacer frente a los pagos inmediatos, lo que compromete seriamente todo el proyecto. Por eso es fundamental diseñar una estructura financiera adecuada que permita disponer de estos recursos

 

Consejo.


Es conveniente disponer siempre de recursos líquidos holgados para hacer frente a posibles imprevistos, puesto que generalmente es en estas ocasiones cuando más difícil resulta obtenerlos. Por eso no resulta nada malo, sino al contrario, contar con cierto endeudamiento, aunque se disponga de liquidez por otro lado (y precisamente para obtenerla). Para ello existen diversas fórmulas, empezando por simples créditos de disponibilidad, cuyo coste sin duda justifica la tranquilidad que proporcionan.

 

Cuentas de resultados
Son el reflejo del funcionamiento habitual de la empresa, también denominada cuentas de pérdidas y ganancias. El resultado o beneficio es la diferencia entre los ingresos y los gastos y por tanto será uno de los asuntos objeto de mayor atención, dado que al final es lo que interesa a largo plazo.

De una manera resumida, nos va a interesar por lo general, al menos la siguiente disposición:

El resultado bruto de explotación es el resultado de explotación más las amortizaciones (que podíamos haberlo desglosado antes). Resulta muy útil porque nos da una idea de la capacidad de generación de recursos que posee la empresa.

El nivel de detalle con que se reflejen en los presupuestos las partidas, dependerá de la importancia que se conceda a cada una de ellas. Es muy importante centrarse en aquellas que realmente son significativas, para evitar dedicar demasiados esfuerzos de control a aquello que aporta poco al resultado global.

El plan económico financiero debe reflejar todos los parámetros que resulten de interés, muy especialmente la forma y fechas en que se deben obtener los recursos financieros, a qué se van a destinar y, con mucho cuidado, las previsiones de tesorería. Todo ello programado en el tiempo.

Típicamente requeriremos unas cuentas de resultados y un balance previsional para los periodos que nos resulten de interés: en los planes a largo plazo se suele hacer una estimación anual para un periodo de unos tres o cinco años, mientras que en los de seguimiento anual, se suele establecer una periodicidad mensual. Naturalmente existen casos en que se requiere un grado de seguimiento menos dilatado.

Rentabilidad de las inversiones
Una nueva empresa es un proyecto de inversión, puesto que requiere la aportación de unos recursos a los que se desea sacar una rentabilidad (la cantidad de estos recursos que aportan los promotores es una parte de la decisión). Desde este punto de vista lo que interesa es evaluar la rentabilidad de la misma, puesto que de ella se deriva la de los recursos aportados por los inversores.

La inclusión de algún tipo de medida de la rentabilidad de la inversión va a ser un requisito inexcusable, especialmente para justificar la captación de inversiones. Las formas más habituales de medir un proyecto de inversión son utilizando dos parámetros:

VAN. Valor actual neto de la inversión (aportación de fondos) requerida durante la duración del mismo. Representa el valor a fecha actual (descontada la tasa de “inflación”) que tendrá el resultado del proyecto en su conjunto.

Para que resulte viable, el valor del VAN debe ser superior a cero, puesto que es cuando se recupera la inversión.

TIR: Tasa interna de rendimiento. Indica la rentabilidad estimada que se obtiene durante ese periodo con las inversiones efectuadas. Se calcula averiguando el valor de r que hace el VAN igual a cero en la ecuación anterior. Para que el proyecto de inversión resulte aceptable, esta tasa debe ser superior a la que se considere aceptable por el inversor.

Las decisiones respecto a si resulta conveniente invertir o no en un proyecto vendrán determinadas por los objetivos perseguidos, los niveles de riesgo admisibles y las rentabilidades exigidas, que estarán muy interrelacionadas.

 

En el plan de negocio habrá que incluir una cuenta de resultados previsional, con la periodicidad temporal y desglose suficientes para comprender perfectamente la evolución del negocio en base a las partidas más importantes.
Además se reflejará la evolución patrimonial, especialmente en lo referido al desarrollo del plan de inversiones y se especificarán las fuentes de recursos que se van a obtener, así como el destino de todos ellos.

 

Con frecuencia resulta necesario establecer diversos ratios que resulten útiles para el seguimiento de la empresa. Cada departamento identificará aquellos que le son útiles. Muchos de ellos tienen un importante peso económico, siendo los más importantes los derivados del cálculo de rentabilidades sobre fondos propios, sobre inversiones, sobre activos, rotación de existencias, grados de apalancamiento o endeudamiento, tesorería o liquidez, y los relacionados con las ventas como beneficios sobre ventas, márgenes comerciales, ingresos o beneficios por productos, por vendedor, canal, etc...