8.- ORGANIZACIÓN Y RECURSOS HUMANOS

La empresa dispone de una serie de recursos, materiales y humanos, gracias a los cuales se consiguen llevar a cabo las tareas necesarias para cumplir sus objetivos. Para que esto funcione es precisa una coordinación y organización de todos ellos. La organización consiste en describir la estructura en que se materializa, cómo se relacionan las distintas partes entre sí y qué requisitos hacen falta para su funcionamiento.

Indudablemente el recurso más importante de que disponen las empresas son sus empleados. Constituyen el elemento más importante de la organización. Por tanto es imprescindible definir la política de personal y captar las personas adecuadas, para más adelante esforzarse en asegurar su permanencia. Esto que es cierto siempre, resulta vital en el caso de empresas de servicios, ya que el producto resulta en muchas ocasiones inseparable de las personas que lo prestan.

El proceso se inicia determinando las funciones básicas en que se pueden dividir las distintas tareas, atendiendo a su especialización y en paralelo la agrupación en torno a departamentos o secciones (que también se pueden denominar divisiones, áreas, gerencias...). El departamento es pues, la unidad fundamental de gestión (usaremos siempre esta denominación para simplificar). Lo más frecuente es crearlos atendiendo a las distintas funciones empresariales (marketing, producción, finanzas, recursos humanos...) cuya amplitud y ámbito de tareas puede ser muy variada. Sin embargo existen muchas otras posibilidades en función de la mejor manera de adaptar y gestionar los recursos: puede optarse por la estructura organizada en base a territorios, clientes, líneas de negocio o de productos, tecnologías utilizadas e incluso fórmulas mixtas. Cada una de estas seccciones puede a su vez, dividirse en otras secciones de menor tamaño y así sucesivamente.

Pero además, es necesario establecer las relaciones que se producen entre los departamentos y entre los distintos niveles dentro de cada uno. Esto significa establecer las líneas de responsabilidad y autoridad, con el complemento imprescindible de los flujos de información. Existen también diversas formas de diseñar este conjunto de relaciones, optándose frecuentemente por fórmulas mixtas.

La descripción gráfica de la organización se muestra en el correspondiente organigrama, que refleja tanto la agrupación (o división, según se mire) en departamentos, como las relaciones entre todos ellos.

Resulta imprescindible describir la estructura básica de la organización, de manera que quede claro a qué parte de la misma corresponde cada función y cómo se hallan distribuidas las responsabilidades. Al fin y al cabo, cada uno de los planes que estamos diseñando debe tener asignado un “propietario”.


El componente más importante de la estructura está compuesto por los diferentes puestos de trabajo, cada uno de los cuales lleva asociado un nivel de autoridad y de responsabilidad. Por tanto habrá que describir cuáles son estas posiciones y si se dispone ya de las personas adecuadas para los puestos de mayor responsabilidad, es conveniente hacerlo constar. En conjunto habrá que describir la composición total de la plantilla y su evolución a lo largo del tiempo. Para ello habrá que tener en cuenta al menos los siguientes detalles:

 

El plan deberá describir la parte esencial de la organización y el personal que va a ser necesario para ocupar las distintas posiciones, con los requisitos para su contratación, las tareas que van desarrollar y las remuneraciones correspondientes. Y para todo ello, su evolución temporal.