Contexto, contabilidad e investigación: notas acerca de su asintonía

 

© Citar como: Quijano Valencia, O. (2001): "Contexto, contabilidad e investigación: notas acerca de su asintonía", [en línea] 5campus.com, Contabilidad Internacional <http://www.5campus.com/leccion/contex> [y añadir fecha consulta]este

 

 

 

EL CONTEXTO ACTUAL

 

Las nuevas realidades de nuestro tiempo, dan cuenta de cómo la sociedad asiste a transformaciones profundas en diversas esferas, cambios éstos que han configurado una especie de redireccionamiento del sistema-mundo, en correspondencia con los requerimientos del proceso de readecuación institucional, comercial y geopolítica, propios del "nuevo orden" económico internacional.

 

A pesar del énfasis globalizador propio de las últimas décadas, es preciso indicar que el fenómeno desde una unilateral lectura, se presenta como un asunto finisecular, desconociendo su simultáneo origen en la irrupción de la época moderna -modernidad- y los comienzos de la construcción del mercado mundial en el siglo XVI.  Al respecto, algunos autores han logrado enriquecer tal discusión, planteando lo siguiente:

 

 "podemos afirmar que desde la irrupción del capitalismo como un sistema en la historia de la humanidad, no antes del siglo XVI, debemos hablar de globalización... Las primeras formas de globalización se confundieron con el mercantilismo, la formación de los estados-naciones absolutistas en Europa -globalización mercantilista-... La segunda fase la conforman las revoluciones burguesas (Francesa y Americana), es decir la época de la globalización del capitalismo liberal.  La Tercera onda propia de finales del siglo XIX se presenta en medio de la crisis financiera del capitalismo europeo, los estragos del mercado y la culminación del fordismo y el americanismo, es decir, la globalización del Estado benefactor,... y finalmente la globalización de nuestro tiempo, expresada como una nueva onda expansiva del capitalismo" (Restrepo y otros, 1.996: 13-20)

 

 

Ante estos aportes para la discusión, resulta inevitable intentar de manera adicional indicar, que en la actualidad se hace hincapié en la globalización económica o internacionalización de los mercados, desconociendo otras dimensiones, en tanto la globalización constituye el estudio supremo de la internacionalización, la amplificación en sistema mundo de todos los lugares e individuos, o la globalización de la economía, la política, la cultura, etc. 

 

De la demarcación entre internacionalización económica -entendida como fenómeno y expresión para explicar la creciente importancia del mercado como lugar clave para la acumulación y realización de las mercancías- y globalización -como el conjunto de modificaciones sistémicas del mundo contemporáneo-, es necesario indicar que los desafíos planteados a las organizaciones, unidades económicas, instituciones culturales y estados, deben observar de manera atenta, el conjunto de realidades contemporáneas, con el propósito de evitar lecturas equivocadas, es decir, exclusivamente desde lo económico y por consiguiente desde la materialidad u objetivación.

 

De esta forma, el sistema-mundo se caracteriza entre otros aspectos, por los siguientes: una nueva fase de acumulación del capital, la reestructuración funcional del Estado, la relocalización de los procesos productivos y de los conflictos sociales, la desnacionalización del Estado, la transnacionalización del capital, la intensificación del comercio mundial o el mercado intrafirma, la interdependencia asimétrica, la concentración del poder mundial, la nueva división mundial del trabajo, las demandas de ajustes de las estructuras de cada país para su armonización con las exigencias internacionales, la ´desregulación´ económica y el desmembramiento de los estados, la cientifización y tecnificación de la sociedad, la trascendencia de la información, la afirmación local de los actores hegemónicos, la interiorización en cada país de nuevas pautas de producción y consumo, la ampliación del sistema-mundo mediante la profundización de las contradicciones históricas, la eclosión de la alteridad o economía de las visibilidades, un nuevo marco político signado por el predominio de la democracia liberal, la competitividad, calidad y productividad como factores claves para la diferenciación, un nuevo clima cultural;  realidades que de una parte, plantean grandes preocupaciones y situaciones dilemáticas para el mundo contemporáneo, y de otra, generan desafíos u oportunidades por resolver, en medio de la agresividad y exacerbación de las formas y visiones hegemónicas que hacen tránsito en el proceso de dominación global y en el marco de la reconfiguración histórica del poder.

 

Como se ha dejado entrever, no existe una entidad única denominada globalización.  Ante la multidimensionalidad del fenómeno, tal vez, lo mejor sea hablar de globalizaciones, con el fin de entender de manera amplia las direcciones propias de la contemporaneidad.

 

Estas nuevas realidades aunque exigen a la profesión y disciplina contables –tanto en sus presupuestos teóricos como en sus aplicaciones-, consideraciones y reacomodos, han suscitado enormes problemas, hasta llegar al incesante debate alrededor de la crisis de los procesos de formación contable, la no consideración de la dimensión disciplinar de la contabilidad en un contexto dinámico, el no atemperamiento de la contabilidad a las exigencias contemporáneas de las unidades socio-económicas, la  incapacidad de los contables como protagonistas y lideres de la sociedad -en tanto técnicos sin responsabilidad política-, la fragilidad e inconsistencia epistemológica del ´saber´ contable, la inexistencia de comunidad académica contable, la dificultad para mejorar la capacidad en la capturación de la realidad con nuevas herramientas cognoscitivas, la no superación de la Contaduría Pública como un problema de reglamentación de haceres; y en síntesis, el mantenimiento monolítico y petrificado de la contabilidad frente al cúmulo de exigencias de una sociedad que permanentemente se transforma a ritmos insospechados.

 

No obstante, al interior de la comunidad contable durante los últimos décadas se pretende recoger desde la dimensión de la globalización económica, los elementos que afectan directa e indirectamente los modelos contables y de gestión, en consonancia con el contexto económico y los ambientes de negocios; intentando imaginar salidas oportunas y satisfactorias a las innumerables demandas organizacionales, derivadas especialmente de los retos de una sociedad postcapitalista basada en el conocimiento y en nuevas pautas acerca de la gerencia de múltiples unidades económico-empresariales.

 

El escenario de la globalización provee un lugar destacado a la información en los modelos o procesos decisionales[1], producto de rupturas con convenciones y la verificación de otras expresiones paradigmáticas derivadas de nuevos desarrollos científico-tecnológicos, mutaciones profundas en la cultural global, nuevas lógicas o formas de interpretar el mundo, entre otros aspectos; a partir de los cuales se  deriva una relación entre contabilidad y ´desarrollo´, con implicaciones en la actividad y desarrollo profesional y disciplinar, las cuales según Fernando Restrepo Escobar, pueden explicarse de la siguiente manera:

 

resulta básico en el capitalismo moderno enfatizar en el papel del conocimiento del mercado como estrategia competitiva organizacional.  La información es la base del conocimiento, ambos, conocimiento e información, conforman la dupla sobre la cual se deben pensar hoy los roles de los diferentes agentes sociales en las organizaciones modernas. La sociedad postcapitalista conserva su naturaleza creadora de valor que el capital, como relación social de producción, le imprime a todo proceso de producción, esto es, al proceso de producción de bienes y servicios y hoy, más concretamente a la producción de conocimiento y de información, producción que se desarrolla hoy tanto en  las organizaciones académicas como productivas, entre las cuales se ha establecido y fortalecido una necesaria y fructífera relación sistemática.... el conocimiento, como activo y como creador de valor, ha obligado a repensar el concepto, el sistema, el aparato y las instituciones, tanto educativas como productoras.  ... El conocimiento es un criterio de calidad, ya no como ventaja competitiva sino como condición de competitividad.  Así, el conocimiento se asume dentro de las organizaciones como sustancia y como proceso, hacia la cual debe dirigirse la gerencia del conocimiento. (Restrepo E, 1998: 22-23) 

 

 

Retomando los aportes del profesor Jorge Tua Pereda, al realizar este análisis desde el punto de vista de la comunidad contable, clave en la configuración de sistemas de información financiero-empresariales, puede afirmarse que hoy,

 

...son más trascendentales cuestiones como la interpretación de la información, la planificación y organización de sistema informativos y el análisis de las consecuencias que la información produce en el entorno económico y social en el que se vierte; igualmente las funciones que la sociedad demanda del experto -contable o el gestor- son progresivamente más amplias y complejas, en lógica congruencia con la amplitud y complejidad de la actividad económica y social.  El entorno cada día nos exige más creatividad, innovación e interdisciplinariedad. En ese entorno cambiante, el ejercicio del criterio del individuo en el desempeño profesional frente a situaciones o problemas novedosos y no previstos es no sólo necesario sino, también, imprescindible. Así mismo, la adaptabilidad, como mecanismo indispensable para obtener ventajas comparativas en la competencia que tiene lugar en todos los ámbitos, es la única respuesta adecuada, en contabilidad y en cualquier tipo de disciplina, al incremento exponencial de la flexibilización de las organizaciones (Tua Pereda, 1.998: 65).

 

 

De esta forma, frente al predominio de la sociedad de la información o más exactamente la sociedad del conocimiento, es indispensable trabajar alrededor de la construcción de nuevas formas de concebir lo contable, la reconceptualización de sus modelos, la pretendida armonización contable en contextos diferenciados, las nuevas dimensiones contables  derivadas de los fenómenos del mundo actual, y en síntesis, insistir en el conocimiento (know-how) como elemento crítico-trascendental y la tecnología informativa como instrumento por excelencia, lógicamente como lo advierte el profesor Jorge Manuel Gil, en medio del ejercicio de la “aparente contradicción a la que tiene que hacer frente el conocimiento utilitario: información especializada e interpretación general”, en respuesta al necesario cambio cualitativo que implica las modificaciones sistémicas del mundo contemporáneo. 

 

No de otra forma se explica cómo en las últimas décadas algunos estudiosos han llegado a afirmar que la contabilidad padece una pérdida de relevancia en el nuevo contexto e igualmente no logra sintonizarse con una nueva etapa histórica matizada por la centralidad del conocimiento y los intensos procesos de investigación.  Retomando al profesor Luis Alfonso Colmenares, la nueva organización empresarial, los desarrollos tecnológicos y la complejidad y competitividad como elementos característicos de nuestro tiempo, “han llevado a que hoy se hable de una crisis de la contabilidad, crisis que puede ser solucionable inicialmente por el cúmulo de conocimientos y teorías ya existentes y que aún pueden ser aplicables , añadiendo a esto un análisis más amplio de su campo de acción y de su filosofía.  Es evidente la necesidad de un cambio derivado tanto de las modificaciones estructurales y orgánicas de la nueva empresa como del creciente interés por las innovaciones tecnológicas.  Este cambio supondrá un nuevo diseño y el desarrollo de enfoques más flexibles para la contabilidad y requerirá una nueva forma de pensar capaz de dirigir un proceso integrador y científico”.   Dicho de otro modo, es preciso hacer comprender y reconocer que la contabilidad y gestión financiera “exitosa” del mañana, debe ser una ruptura casi total con la de ayer, o que la contabilidad de cara a las nuevas realidades, debe ser radicalmente diferente a la que se ha instaurado tradicionalmente.

 

En el contexto de esta nueva sociedad, como ya lo ha planteado Peter F. Drucker,

el recurso económico básico -"el medio de producción", para usar la expresión de los economistas- ya no es el capital ni son los recursos naturales (la "tierra" de los economistas) ni el "trabajo", es y será el conocimiento.  Las actividades centrales de creación de riqueza no serán ni la asignación de capital a usos productivos ni el trabajo  -los dos polos de la teoría económica de los siglos XIX y XX, bien fuera clásica, marxista, keynesiana o neoclásica.  El valor se crea hoy por la productividad y por la innovación, ambas aplicaciones del conocimiento al trabajo.  Los grupos sociales dominantes de la sociedad del conocimiento serán los "trabajadores de conocimiento" - ejecutivos instruidos que saben asignar sus conocimientos a usos productivos - así como los capitalistas sabían asignar capital a usos productivos (Drucker, 1.994: 8).

 

 

De las consideraciones anteriores, las cuales hacen parte de la globalización como fenómeno y tema de mayor significación en la vida contemporánea y en la teoría social, la ciencia contable, al interior de la  institución universitaria debe intentar la construcción de respuestas a algunos interrogantes como los siguientes: ¿Cómo responde la universidad y la ´formación´ contable ante realidades de nuestro tiempo?, ¿Alcanzan los procesos de ´formación´  contable y la institucionalidad universitaria a captar la realidad con las herramientas cognoscitivas tradicionales?, ¿Existe una asintonía entre universidad, contabilidad y nueva complejidad social?, ¿Cómo se desarrolla el compromiso de los procesos de ´formación´ contable con el desarrollo de conocimiento pertinente, la eticidad y la evolución social?.

 

En este contexto dominado por la sociedad del conocimiento y la sociedad del aprendizaje, el paradigma científico-tecnológico determina el desarrollo institucional y de los pueblos a partir de diversos ritmos, constituyendo como lo plantea Norbert Lechner, "una sociedad a múltiples velocidades", sociedad que se presenta como marco de referencia inevitable a la hora de definir reformas, arreglos institucionales, la reorientación de la teoría y las aplicaciones contables, así como el prohijamiento de nuevos modos de conocer o entender la realidad prevaleciente; aspectos que en el caso específico de la disciplina contable, –como ya ha sido planteado en eventos nacionales e internacionales de investigación y educación contable-, a pesar de la incipiente discusión acerca de su cientificidad y de su ´fragilidad epistemológica´ o la dificultad histórica para construir “fundamentos fuertes”; puede posibilitar una transformación provechosa, en tanto revela la posibilidad autorganizadora para elaborar un discurso y un pensamiento epistemológico consonante con la renovación paradigmática contemporánea.

 

 

SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y CONTABILIDAD: UNA ASINTONIA VISIBLE

 

 

El ocaso del siglo XX  ha evidenciado producto del nuevo contexto global, el paso de una sociedad industrial a una sociedad inicialmente de la información y hoy a una sociedad del conocimiento[2], realidad que ha convertido al saber como factor de poder e instrumento para explicar y desarrollar el cambio social.  De esta forma,

 

"el conocimiento se ha convertido en el factor de crecimiento y de progreso más importante, y la educación en el proceso más crítico para asegurar el desarrollo de las sociedades dinámicas, con capacidad de  responder al nuevo entorno y de construir su futuro" (Chaparro, 1.998 : 1-2)

 

 

La sociedad del conocimiento se caracteriza según Hernando Gómez Buendia, por la convergencia de tres fuerzas maravillosas y al propio tiempo implacables: el saber, el computador y las telecomunicaciones.  O desde el planteamiento de Fernando Chaparro, por tres tendencias dinámicas y a la vez complejas: el desarrollo de la sociedad de la información, la globalización y el progreso científico-tecnológico. 

 

Esta sociedad a partir del predominio del paradigma científico-tecnológico, ha generado impactos en los múltiples sectores de la vida humana, transformando tanto lo socio-económico como lo político-cultural, originando desafíos que van desde la necesaria conversión de información en conocimiento pertinente, hasta los procesos de apropiación social del conocimiento, el rescate del uso público del mismo, la requerida reducción de los procesos de exclusión social - en tanto la sociedad del conocimiento es una sociedad desigual-[3], las nuevas áreas de la ciencia o industrias de punta predominantes, las nuevas formas de investigación, las dimensiones contables contemporáneas en ambientes de alta complejidad[4], etc.

 

En el imperio de esta nueva sociedad, es claro el papel del conocimiento en la construcción de ventajas ya no respaldadas en el patrimonio natural y en la ubicación geográfica, sino en la generación de saber, es decir la configuración de ventajas competitivas tanto de las naciones como de las unidades económico-empresariales.  En la perspectiva de la competitividad y la productividad, sin duda,

 

"en el siglo XXI -dice el consejo de competitividad europeo- habrá siete industrias de punta: la biotecnología, la informática, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la robótica, la industria de nuevos materiales y la aviación civil.  Ninguna de estas industrias depende de los recursos naturales, de ni de la mano de obra barata, ni siquiera del capital, que va donde lo llaman con la velocidad de la luz.  Estas industrias dependen de un nuevo factor de producción: se llama el conocimiento.  Y no sólo en las nuevas industrias. Los nuevos procesos de producción y comercialización en las actividades tradicionales -desde la agricultura hasta la banca y desde la construcción hasta las ventas minoristas- ya están viviendo la revolución de los computadores, la fibra óptica, el láser, los insumos artificiales y los sistemas numéricos de control en planta" (Gómez Buendía, 1.997:   )

 

 

 

Retomando las consideraciones realizadas por P. Drucker sobre este tópico, puede reconocerse cómo en verdad, el conocimiento ha transformado a la sociedad,  la economía y sin duda la realidad y perspectiva gerencial.  De esta forma, -afirma Drucker-, el conocimiento formal es asumido como el recurso personal y el recurso económico claves.  Hoy el conocimiento es el recurso de mayor significación, por encima de los tradicionales factores de producción.  Así mismo, hoy se aplica conocimiento al conocimiento con el propósito de indagar acerca del valor y uso social del conocimiento existente, es decir lo que puede entenderse como administración, aspecto que igualmente busca precisar conocimiento nuevo desde la perspectiva de la revolución administrativa o conocimiento aplicado a servicios, herramientas, procesos, productos, labores manuales, etc.  Desde la esfera administrativa y en relación con este asunto, puede afirmarse que hoy "un gerente es responsable de la aplicación y el rendimiento del conocimiento" ( Drucker, P. 1.994: 50), reto que plantea la necesidad de reconstruir la teoría y práctica gerenciales.

 

GERENCIA DEL CONOCIMIENTO COMO PROPÓSITO Y GERENCIA SIN CONOCIMIENTO COMO MANIFESTACION

 

Al interior de las unidades económicas por ejemplo,  dicho fenómeno (sociedad del  conocimiento) se refleja en la denominada gerencia del conocimiento o knowledge management, como manifestación clara del estado del arte de la tecnología gerencial o tecnología gerencial emergente, la cual se ocupa entre otros asuntos de: la gestión de proyectos de innovación y desarrollo tecnológico, el capital intelectual (humano -habilidades, competencias, formación, trabajo en equipo, etc-  y estructural -cultura y espíritu empresarial, sistema de conocimiento, tipos de gerencia y gestión, etc-), el aprendizaje organizacional, las tecnologías de la información, las tecnologías gerenciales, la construcción de mapas del conocimiento o conocimiento corporativo, etc.

 

La gerencia del conocimiento puede entenderse como,

"el conjunto sistémico de estrategias que orientan la selección, dirección y aplicación del conocimiento pertinente y necesario a los diferentes procesos de una organización.... Esta gerencia debe orientarse primero a proporcionar conocimiento de alto nivel a todos los miembros de la organización. La creación, recreación y difusión del conocimiento debe hacer parte de la cultura organizacional y de la práctica cotidiana tanto académica como productiva... Es desde aquí desde donde puede hablarse de una función vital del conocimiento, pues abre la posibilidad para que el conocimiento de todos los agentes organizacionales sea creador de valor, esto es, sea aportante, lo que equivaldría a decir, productivo... La gerencia del conocimiento posibilita  y, a su vez, es fruto del replanteamiento de la interacción de la organización con el entorno, de la funcionalidad del conocimiento dentro de las organizaciones y de la participación de los individuos, portadores del conocimiento, en  la dinámica organizacional.  Posibilita también la creación y recreación del conocimiento y su articulación como esencia misma de la organización; así como permite plantear nuevas preguntas y generar nuevas propuestas a los retos que plantea la dinámica organizacional y su entorno" (Restrepo Escobar, 1.998: 23,25-26)

 

 

Todo lo anterior produce y exige cambios institucionales, a la vez que devuelve cierta centralidad a la intelectualidad, valorando la investigación como actividad esencial y estratégica, donde los procesos de ´formación´ contable, deben jugar un papel trascendental en contribución a la edificación de dicha sociedad.   De tal forma que, es preciso profundizar y registrar avances en el campo de la educación superior, en políticas de ciencia y tecnología, en la consolidación de competitividad y productividad, en materializar infraestructura para la sociedad del conocimiento, en formas de participación y apropiación social del conocimiento, en la cualificación del talento humano, y entre otros, en la construcción de pensamiento estratégico y prospectivo para nuestros pueblos.

 

La Contaduría Pública de manera insuficiente ha realizado un acercamiento a los escenarios de la sociedad del conocimiento, fundamentalmente a partir de consideraciones acerca de las expresiones paradigmáticas emergentes de la ciencia y su influjo en la contabilidad de nuestro tiempo, e igualmente ha intentado justipreciar las nuevas direcciones de la gerencia de cara a los crecientes procesos de complejidad e incertidumbre del mundo contemporáneo.  De esta forma, la indagación acerca de la ´cientificidad` de la contabilidad  descansa alrededor de la dimensión disciplinar en un contexto  dinámico, manifiesto en lo epistemológico –intentos por darle a la gestión una fundamentación científica y el carácter de disciplina formal-, en lo metodológico -análisis y evaluación de las formas de conocer o abordar el estudio u objeto de estudio de la gestión-  y lo socio-económico- aportes a la satisfacción de necesidades de las unidades económicas (información, certificación, fiscalización y soporte gerencial) y sociales[5].

 

Empero, como contracara a las realidades de nuestro tiempo, la contabilidad y especialmente la Contaduría Pública han sido asumidas convencionalmente desde el primado de lo profesional, sin mayores consideraciones acerca de su contribución en la vía epistemológica o en el necesario diálogo interdisciplinar.  Obsérvese como al interior de la comunidad contable predominan acepciones y manifestaciones técnico-instrumentales propias de la vertiente positivista, realidad que paulatinamente se agrava, en tanto la contabilidad al igual que la gestiología como ciencia de la acción eficiente, se nutren de un sinnúmero de ´teorías´  y estereotipos sin mayor conexidad con la especificidad de nuestro medio y de las exigencias epocales.  

 

Una mayor ilustración acerca de tales falencias –tanto en el campo de la gestión como de la contabilidad- proviene de algunos estudiosos, entre los cuales pueden destacarse:

 

Para el caso de la gestión el profesor Omar Aktouf, destacamos al profesor Leonard Sayles quien “se pregunta acerca de lo que ocurre con la administración, cada vez más incapaz, según él, de explicar correctamente la realidad concreta de la empresa donde se aplicaba.  En su artículo “Whatever Happened to Management?”, publicado por la revista Business Horizons, plantea el problema sin rodeos: la empresa y lo que realmente ocurre en ella son resultado de un interés secundario por la administración (Sayles utiliza la metáfora del hijo del segundo matrimonio). Para él, las escuelas, los investigadores, los profesores y los estudiantes de administración han llegado a preocuparse infinitamente más por las técnicas –sobre todo cuantitativas, contables, financieras, etc-, tan sofisticadas y abstractas unas como otras, que por las realidades concretas. ... Sayles lamenta constatar que en las escuelas los futuros administradores dedican una proporción cada vez mayor de tiempo a temas técnicos y a un inverosímil surgimiento de especializaciones funcionales.  Deplora igualmente la inexcusable y sumamente penosa escasez de investigaciones y trabajos de campo (Aktouf, 1.998: 290). 

 

En el marco de las posturas críticas acerca de la administración, podría afirmarse que ésta ha centrado su acción en la esfera de la ´cultura y el espíritu empresarial´, en donde lo importante es trabajar alrededor de un cúmulo de técnicas y procedimientos garantes de la eficiencia, la eficacia, la productividad, el rendimiento, el ánimo de lucro, etc, todos aspectos consonantes con el credo de la modernización y el desarrollo.   Sin embargo, un balance desde el campo académico indica, como lo plantea Jean Louis Le Moigne, dificultades que históricamente presentan las ciencias de la gestión para dar legitimidad epistemológica a sus saberes, en tanto su fundamentación en los preceptos positivistas manifiestan una ´incoherencia epistemológica´, que le resta credibilidad científica, pero que al mismo tiempo abre la posibilidad de establecer nuevas formas de legitimación de sus saberes[6].  

 

Esta apreciación traducida en ´retórica´ administrativa y hoy en “exitología”,  ha generado barreras que no permiten miradas hacia la transformación y dinamización de la investigación como factor clave en el desarrollo de las ciencias en la coyuntura actual, y lógicamente en el siglo venidero[7].  Empero, creo que justamente tal radiografía justifica con mayor razón el abordaje de procesos de investigación desde los cuales se permitan giros hacia nuevas expresiones de las ´ciencias de la gestión´, que signifiquen tanto en el plano empresarial como en el concierto socio-politico y cultural, desvaneciendo esa dramática expresión que a modo de balance en el marco de un coloquio acerca de nuevas tendencias administrativas, plantea: “nunca el mundo estuvo asistido por tanto diplomados y profesionales en administración, pero igualmente, nunca el mundo estuvo tan mal administrado”.(Aktouf, 1.998: 8).

 

En la esfera contable, importa la premisa acerca de cómo históricamente los principales avances se han registrado a  partir de la visión técnico instrumental, en donde los mayores alcances dan cuenta de una reglamentación de haceres, sin dinamización del saber contable, en evidente sustracción de otras dimensiones las cuales prohijan procesos de investigación epistemológica, empírica, metodológica, normativa, etc.  No obstante, es preciso reconocer cómo se han realizado esfuerzos alrededor de análisis acerca de las estructuras paradigmáticas y la contabilidad como un intento por resolver la denominada Nueva Contabilidad, contabilidad académica o teoría contable contemporánea.[8]

 

En esta dirección, constituye un imperativo establecer nuevas dinámicas en la perspectiva de superar la tendencia convencional, la cual reduce la contabilidad a tópicos estrictamente financieros generadores de lecturas parciales y usualmente descontextualizadas, desde las cuales el análisis se circunscribe precariamente a relaciones cuantitativas e insuficientes, privilegiando miradas de carácter profesionalizante (desarrollo de habilidades y destrezas) y reconociendo erráticamente a la contabilidad como técnica empírica de registro, sin consideraciones respecto a su condición y perspectiva disciplinar.

 

Empero, el reconocimiento de la contabilidad como producto socio-histórico, con un alto potencial disciplinar, posibilitará sin duda, desarrollos críticos y problemáticos , observando las nuevas realidades y los cambios que caracterizan el presente y el devenir socio-económico, orientando igualmente estos esfuerzos, hacia el necesario tránsito de la gestión estática de los haceres a la gestión dinámica de los saberes.

 

En tal sentido, el abordaje de procesos de investigación puede constituirse como espacio para identificación de las posibilidades de reestructuración del saber contable, sus métodos, procedimientos, su corpus teórico, las relaciones con el entorno socio-cultural, y fundamentalmente, el replanteamiento conceptual (doctrinas, principios y postulados) e institucional, desde una mirada soportada en el diálogo interdisciplinario, así como  en la crisis global de la sociedad y de la ciencia.   De igual forma, podrá trabajarse progresivamente, aproximaciones desde la teoría del conocimiento, con el fin de nutrir de rigurosidad el tratamiento de la contabilidad, con las consecuentes aportaciones al ejercicio profesional y disciplinar a la luz del predominio del paradigma científico-tecnológico[9].

 

Obsérvese cómo finalmente, el momento actual con sus exigencias en el campo de la competitividad y el progreso científico, plantea como imperativo el estudio de la contabilidad desde su horizonte disciplinar con las derivadas implicaciones en la reflexión filosófica, la reflexión epistemológica, la demarcación del conocimiento e interés y la identificación de las corrientes de pensamiento, las doctrinas y los enfoques que acercan la contabilidad al contexto científico, en su perspectiva multiparadigmática y en el reto de la ampliación de su bagaje conceptual.

 

Resulta entonces necesaria la ubicación de la contabilidad en el contexto de las ciencias sociales, con el propósito de superar la acepción convencional que da una gran centralidad al mundo de los registros sin mayores sustentos cognoscitivos y sin la observancia de algunas consideraciones de la ciencia y del entorno económico-social y político-cultural.

 

La miopía que le asiste a la contabilidad en su acepción convencional -técnica empírica de registro y práctica menestral-, ha congelado las consideraciones acerca de su proyección a partir de la justipreciación de avances y problemáticas propias de la contabilidad en su acepción disciplinar, asunto el cual de una parte, ha  privilegiado la profesionalización sin asegurar mayores contribuciones en el campo de la investigación y de otra, ha soslayado el contacto con las grandes angustias societales, así como la significación de lo contable en tanto concepto y práctica histórica –dinámica y móvil-, desde donde es casi imposible escapar a la interrogación teórica  en profundidad o a la construcción de pensamiento crítico, capaz de combatir el anticientificismo propio y común en las escuelas y prácticas contables.

 

El predominio de una visión profesionalizante e instrumental ha eclipsado los requeridos entronques de la contabilidad con otras disciplinas de naturaleza social, situación que no ha viabilizado el esclarecimiento de ésta como práctica social, capaz de trascender su enfoque tradicional resumido en técnica registral, soportada en un carácter repetitivo, sin profundidad y con una amplia pobreza e indigencia conceptual y cultural.

 

La aparente no apertura de la contabilidad a la ciencia, hoy se combate con la inserción utilitarista y fragmentada en algunas parcelas o porciones de ciencias, a la práctica comercial en un evidente acientificismo, un rechazo a la interrogación conceptual y  a la cultura general, y en síntesis, la no prioridad del fundamento sobre las aplicaciones, así como la parcelación absurda y la especialización funcional[10], de la cual parafraseando a E. Morin, sólo resultaran una dislocación del conocimiento en múltiples saberes ignorantes (Morin, 1997: 26). 

 

La necesaria vinculación de la investigación con la contabilidad, entendida esta  como campo, cuerpo y problema del conocimiento, debe permitir la configuración de su dimensión disciplinar[11]; como elemento clave en el requerido entronque con otras disciplinas de naturaleza social, lo cual posibilite su reexpresión y evaluación en tanto corpus disciplinar en el concierto socio-económico y político-cultural.

 

La relación rupturante entre la comunidad contable y los problemas sociales-políticos, científicos y organizacionales, plantea dificultades las cuales pueden resumirse como lo ha planteado Alain Chanlat en un análisis realizado para la Administración de Empresas, -el cual puede interiorizar igualmente para la disciplina contable-, en la siguiente afirmación:

 

vivimos hoy en día en un mundo dominado por la ideología económica y los imperativos de la administración (...).  La racionalidad económica, con el desarrollo del mercado, se hace cada vez más autónoma frente a otras racionalidades, y termina por imponer su propia lógica (...).  Esta racionalidad privilegia el lucro, la rentabilidad (...); otorga un sitial preponderante al cálculo y a la medición".  Las esperanzas puestas en la administración han sido defraudadas.  El bienestar material es acompañado por conflictos cada vez más duros entre las generaciones, los sexos, (...), entre sindicatos y patrones, (...) entre países en vías de desarrollo y países desarrollados.  Los administradores –e igualmente los contables-  son objeto de vivos ataques (...)  De qué saber disponen para comprender lo que está pasando?. Antes que inventar nuevas técnicas de administración, no sería preferible abordar los mismos problemas de otra manera? (Chanlat y Dufour, 1.985: 15-22)    

 

 

Los anteriores elementos constituyen realidades, desafíos e incentivos desde los cuales es preciso abordar el estudio de la ciencia y la investigación, aspectos que al interior de la contabilidad, pueden proporcionar explicaciones a la sombría, compleja y contradictoria sociedad de nuestro tiempo, signada por el proceso de modernización, desde donde es posible el reacomodo del capital, gracias a la proletarización de los sujetos, la opulencia del mundo de las cosas y la precariedad del mundo de los hombres y las organizaciones. 

 

La contabilidad en su construcción disciplinar, debe orientarse hacia la definición de una comunidad ideal de argumentación, una tradición escrita, una práctica científica y la precisión de puntos de encuentro o entronque con otras ciencias, como formas de participación en los procesos de transformación de las ideas y del conocimiento.

 

En el ámbito académico la enseñanza de la contabilidad puede entonces, dar continuidad a la transmisión plana de procedimientos y técnicas como convencionalmente se ha hecho, o contrariamente podrá protagonizar un importante giro hacia el ahondamiento en la fundamentación epistemológica y el tratamiento académico, reto desde el cual la reflexión, la investigación y la abstracción, resultan claves como elementos potenciadores de una nueva comunidad y un nuevo horizonte para el pensamiento contable.  Acerca de los grandes problemas del proceso de enseñanza, es pertinente recordar algunos aportes que sobre el particular el profesor Jorge Tua Pereda realizar y que pueden sintetizarse de la siguiente manera:

 

En efecto, hay dos maneras de enseñar la contabilidad. La primera consiste en trasmitir a los alumnos un procedimiento o norma contable, desgranando sus recovecos, analizando su mecánica e ilustrando la cuestión con ejemplos prácticos.  Tal norma suele ser un pronunciamiento (en ocasiones, lamentablemente estadounidense), un principio internacional o un plan de cuentas.  Con ello el alumno aprende a contabilizar, pero no aprende contabilidad.  Estará más sensibilizado por la mecánica que por el fundamento, se orientará más al hacer que al saber. Aplicará correctamente una norma, pero desconocerá cuestiones tan importantes como las razones que la avalan, su conexión con la epistemología contable o las alternativas posibles a aquella norma que, por uno u otro motivo, han sido rechazados por la regulación....Un profesional así formado está poco preparado para el cambio  y se desfasará con facilidad, ya que a lo largo de su vida asistirá con pocos recursos intelectuales a numerosas alteraciones en la normativa contable e incluso, a la propia teoría.  La segunda manera de enseñar contabilidad requiere de un esfuerzo mucho mayor, así como una adecuada preparación y formación de los docentes.  La contabilidad no es un conjunto de normas.  Es un conjunto de fundamentos epistemológicos, de reglas del conocimiento que se aplican a un caso concreto para obtener una norma.  Con ello es más importante comprender porque se hace algo que aprender cómo se hace... cualquier enseñanza debe basarse en el fundamento, pero, además, antes o tal vez durante este proceso, ha de impartirse un mínimo de nociones básicas de teoría del conocimiento” (Tua, 1.995)

 

 

A partir de tal radiografía, abordar el estudio de algunos elementos que caracterizan el problemático panorama contable, resulta pertinente en tanto desarrolle el propósito de edificar un nuevo signo y una nueva significación para la contabilidad, en medio aún del escepticismo de la ´comunidad académica´.  Son entonces la reflexión y la incursión en la práctica investigativa factores por los cuales se debe transitar con variaciones  mentales y actitudinales.  Recuérdese que según Herbert Marcuse, "hay un principio que es una barrera para toda información, que es una refutación de cualquier argumento y que no puede fallar para mantener a un hombre en una perpetua ignorancia: el principio consiste en despreciar antes de investigar".                   

 

Esfuerzos sobre el particular se registran al interior de la contabilidad, con orientación de una parte de carácter estrictamente académico con propósitos de desarrollar conocimiento básico o el conjunto de hipótesis y explicaciones a fenómenos que tocan directa e indirectamente al objeto de estudio de la contabilidad, proceso propio de la ´comunidad académica´ y enmarcado dentro de el ámbito cognoscitivo o Teoría General de la Contabilidad.  De otra parte, de naturaleza aplicada o aplicaciones contables –sistemas contables- o el denominado ámbito teleológico.

 

Estas posibilidades o ámbitos para el desarrollo de investigación en el campo de la contabilidad, implican nuevas y amplias miradas al interior tanto de las unidades productivas, como de la ´comunidad académica´, en la medida en que la tendencia convencional ha dejado entrever como lo afirma Villegas R., lo siguiente:

 

...normalmente se pretende transformar una realidad social (tecnología social), sin explicar el comportamiento del objeto de estudio que pretende ser transformado.  Así la dimensión científica queda normalmente deformada, por unos simples diagnósticos, que tratan de, no se diga explicar, ni siquiera entender, mucho menos comprender, sino tan sólo describir una situación, con una serie de instrumentos, que abordan una realidad igualmente instrumentalizada, parcializada, quedando caricaturizada la complejidad social organizada como un simbolismo, atrapada como una certeza absoluta, donde los problemas en la organización no se asumen como intelectualmente problemáticos, para ser trabajados con el rigor suficiente que tales problemas ameritan y superar así la simple superficialidad.  Mientras la investigación con orientación práctica, que pretende el cambio y la mejoría de la organización social, no supere las simples impresiones y descripciones superficiales, y no adopte una comprensión y explicación adecuada de los mecanismos sociales que tendencialmente producen la situación problemática, sencillamente no logrará los resultados esperados, y si los obtiene es más por casualidad que por cualquier otra razón (Ibid, 54-55).

 

 

A la luz de estas consideraciones y en el paso de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento, la contabilidad enfrenta una dicotomía por resolver, la cual estriba en la continuidad e intensificación en tanto profesión con orientación tecno-instrumental o en términos habermasianos como una ´ciencia´ empírico analítica productora de saber técnicamente manipulable; o si en su defecto, reconstruye críticamente sus fundamentos en la perspectiva de asumirse como disciplina o problema del conocimiento.  Es entonces imprescindible, revisar tanto los estereotipos contables como el soporte conceptual y la pretendida armonización contable, con el propósito de realizar su atemperamiento a la nueva economía de la información, en la que el conocimiento -know-how- es el ingrediente crítico y la tecnología incorporada a las personas -manpower- el instrumento por excelencia.

  

La nueva dinámica implica también para la disciplina contable, concebir al conocimiento como el factor de mayor importancia en el predominio del nuevo paradigma científico-tecnológico.  También entonces, es preciso parafraseando al profesor Edgar Gracia López, exigir al interior de la disciplina la superación de estadios descriptivos, aportando axiomas y modelos de orden superior (a través de la interdisciplinariedad), con la posibilidad de transferirlos a otros campos disciplinares, imperativo posible en tanto se desarrollen los medios académicos necesarios para concretar tal fin, asumiendo el trabajo desde la perspectiva científica y en síntesis, fundamentando la universidad colombiana mediante un estilo diferente caracterizado  por la investigación y la permanente innovación (Gracia López, 1.988 ).

 

Tal vez, los análisis acerca de la crisis de los procesos de ´formación´ contable y la necesidad de reinventarlos o redireccionarlos, sean entre otros, el medio coyunturalmente privilegiado para atemperar las expresiones profesionales y disciplinares a las exigencias propias de la construcción nacional de sociedad del conocimiento, concebida como espacio para el desarrollo de capacidad de pensamiento estratégico y prospectivo, investigación y procesos de conocimiento en áreas claves y avances científico-tecnológicos como posibilidad de agenciar mejoras significativas en el campo socio-económico y político-cultural.

 

 

 

 

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[1] Recuérdese por ejemplo, cómo según Peter Drucker, la esencia de la empresa del futuro no será mecánica y estará sustentada sobre los principios de control estadístico de la calidad, la organización modular, la orientación hacia los sistemas y la nueva contabilidad.

[2]  La diferencia básica alude a que la sociedad de la información está integrada por  un conjunto de información codificada susceptible de ser transmitida por redes, a la vez que, la sociedad del conocimiento acciona igualmente alrededor de información codificada más conocimiento tácito, es decir conocimiento personal o tecnología incorporada a personas -manpower-

[3] Sobre la sociedad del conocimiento como sociedad desigual, Hernando Gómez Buendía, por ejemplo plantea: “Antes tal vez de que los computadores emprendan su carrera de evolución sin sexo, hay quienes anticipan una bifurcación de la especie Homo Sapiens.  No hablo de la famosa y odiosa cura de Bell. Hablo de la brecha que se asoma entre los que saben y los que no saben, entre homínidos apalancados por el poder prometeico del computador y la información y otros homínidos que cuentan con los dedos y se dejan razones en las cantinas” (Gómez B; 1.997: 5)

[4] Estas nuevas manifestaciones aluden por ejemplo a la contabilidad social, contabilidad ambiental, contabilidad de los recursos humanos, contabilidad internacional, contabilidad del conocimiento y del capital intelectual, contabilidad de gestión, contabilidad del excedente de productividad global, las resultantes de la axiomatización de la contabilidad (contabilidad matricial, de grafos y sagital), la denominada nueva contabilidad, etc, expresiones que han ido acompañadas de ´modernos enfoques metodológicos´, nuevas consideraciones en la perspectiva de la investigación y nuevas escuelas y elaboraciones paradigmáticas, aspectos que posicionan líneas renovadoras de pensamiento y en síntesis, una especie de “revolución contable postmoderna”.

[5] Sobre el particular, ver entre otros aportes importantes, las consideraciones realizadas por Marco Antonio Machado en su artículo “Desarrollo Científico de la Contabilidad y Calidad de Vida”. En Revista Contador, No 4, Legis, julio-septiembre de 2.000. pp 127-165.

[6]  En esta dirección es importante señalar algunos esfuerzos y procesos de investigación que acerca de la dimensión disciplinar y científica de la contabilidad se realizan en el seno de instituciones educativas, considerando un acercamiento en concreto a la fundamentación disciplinar y científica, es decir, desde las consideraciones epistemológicas que generan entronques con otros campos del saber y superan la acepción convencional que desde preceptos positivistas, presenta a la contabilidad  como un conjunto de técnicas para la gestión financiera eficiente, sin vinculación con el universo científico.  A partir de esta mirada se intenta trabajar la contabilidad como una disciplina que a pesar de encontrarse atravesada por la racionalidad tecno-instrumental, presenta una especie de "debilidad  epistemológica", cuya superación es imprescindible en el propósito de dar legitimidad a su corpus cognoscitivo . (QUIJANO V, 2.000: 53-73)

 

 

[7] En el campo de la gestión un balance coyuntural nos muestra indudablemente la construcción de una “Gerencia sin Conocimiento”, producto de la ausencia de investigación sobre gestión empresarial, la inexistencia de una cultura de investigación en administración, la fragilidad de las pocas publicaciones especializadas, la ausencia de investigación al interior de las facultades de administración, la escasa presencia de investigadores, el predominio de docencia sin la mediación de la investigación, la precaria tradición escrita, entre otros.  (Ver: Gerencia sin conocimiento. En Revista Dinero No 120, ---oct 27 de 2.000.  http://www.dinero.com/larevista/120/management.asp)

[8] Véase por ejemplo el artículo “Teoría Contable y Estructuras Paradigmáticas”, del Contador Público Juan Abel Lara Dorado, publicado en la Revista Contaduría No 17-18, Universidad de Antioquia, sept/90-marzo/91.  Las consideraciones se mueven de manera tangencial en torno a las características del campo de la nueva contabilidad y  los elementos y estructuras metodológicas que distinguen a la nueva contabilidad (metodologías diacrónicas –programas de investigación, metodología de los paradigmas o de las matrices disciplinares, las tradiciones investigativas, los campos de investigación, las redes teóricas- y sincrónicas –observación, experimentación y diseño; descripciones cualitativas y cuantitativas; la generalización e inducción; la construcción e interpretación de modelos; la verificación, comprobación, aceptación y falsación-; para finalizar en un llamado de atención a la comunidad académica contable para a partir de nuevas miradas y actitudes, acercarse críticamente a la comprensión de los avances del pensamiento contable contemporáneo.

[9] Acerca de esfuerzos preliminares para la construcción del estado del arte de la investigación contable en Colombia, son importantes los trabajos: 1). “Situación Actual de la Investigación Contable en Colombia” del profesor Edgar Gracia López, ponencia presentada en el IX Foro Internacional: Nuevas Perspectivas del Conocimiento Contable, Santa Fe de Bogotá, agosto 24-25 de 2.000). 2). “Estado Actual y Tendencia de la Investigación Contable”, del profesor Marco Antonio Machado Rivera, ponencia presentada en el Seminario Taller para Decanos de las Facultades de Contaduría Pública, Barranquilla, septiembre 7 y 8 de 2.000. 

[10] La insistencia por perpetuar este lamentable estado tanto de la educación contable como de la práctica profesional, se aprecia claramente por ejemplo en la Guia IFAC No 9 emitida en julio de 1.991, referida a antecedentes académicos, evaluación de la capacidad y de la experiencia profesionales y a los requisitos de los contadores profesionales.  Así mismo el documento “Plan de Estudios Mundial para la Formación de Contables Profesionales” o Isar 6 de diciembre 28 de 1.998, de la Junta de Comercio y Desarrollo –Comisión de la inversión, la tecnología y las cuestiones financieras conexas, de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; en consonancia con la guía citada, son muestras de cómo se pretende mantener a la disciplina contable, de una parte definida por  la racionalidad tecno –instrumental, y de otra como ´saber ignorante`, aspectos que sin duda, no permitirán un posicionamiento en el concierto de las ciencias y de las nuevas realidades, derivandose una enorme asintonía con el nuevo contexto y un desconocimiento de la investigación como imperativo profesional, disciplinar e institucional.

[11] La diferencia sustancial entre profesiones y disciplinas radica en que las primeras expresan más la división del trabajo en la sociedad, mientras que las segundas expresan más la división del trabajo y la especialización de la propia tradición académica.  El desarrollo de las disciplinas se guía básicamente por los cánones de las comunidades académicas. (Vicerrectoría académica. Universidad Nacional de Colombia.  Propuesta académica. Mayo 1.990).   En palabras del profesor Ángel Diaz Barriga, “la profesión como campo de conocimiento queda circunscrita al problema de la ejecución de un conjunto de habilidades técnico-cognoscitivas, mientras que un campo disciplinar apunta hacia la conformación teórica o conceptual de un saber específico, esto es, a un problema de la cultura”. (La profesión: ¿un referente en la construcción curricular?.  ?.  En otras palabras y retomando a Foucault., una disciplina se entiende como ámbito de objetos, conjunto de métodos, corpus de proposiciones consideradas como verdades, o un  juego de reglas y definiciones, de técnicas y de instrumentos; es decir una disciplina es un principio de control de la producción del discurso o un aparato de regulación del discurso, el cual establece un cauce por el cual el discurso fluye. (Foucault, 1.980).